17.03.21
La vivienda es uno de los indicadores más sensibles a la pobreza y la exclusión social en la infancia, y la pandemia del Covid-19 ha agravado las condiciones de vida de niños y familias en situación de vulnerabilidad. Con el objetivo de analizar esta realidad, la Fundación Pere Tarrés ha organizado la jornada 'Vivienda, Infancia y Salud’.
El encuentro ha servido para presentar el informe Vivienda, infancia y salud ', del Observatorio de Promoción de la Infancia de la Fundación Pere Tarrés, cuyos resultados establecen una correlación entre la inseguridad residencial y la salud emocional y física de los niños. El informe, a cargo de Rosalina alcalde, directora de Metodología y Estudios del Departamento de Consultoría y Estudios de la Fundación Pere Tarrés, ha analizado las condiciones en que viven 176 familias de 24 centros de la red de centros socioeducativos de la Fundación Pere Tarrés. “La crisis social del Covid-19 tiene un efecto desbastador en las familias de clase obrera y trabajadora”, ha apuntado Alcalde. “El empobrecimiento y la ausencia de red familiar de apoyo es una combinación explosiva para estas familias, muchas de ellas extranjeras. Las redes de apoyo son clave en contextos de etes tipo.”
Madres solas y con pocos ingresos
El informe da como resultado la radiografía de una familia monoparental, en el 65% de los casos con solo la figura de la madre. El 52% de las familias vive con rentas mensuales inferiores a 700 €. De hecho, el 75% asegura que ha visto disminuido sus ingresos a raíz de la pandemia del Covid-19, una situación que ha disparado la demanda de ayudas sociales. “Cuando hay un presupuesto muy limitado, se escoge entre pagar el alquiler y comprar comida. Hay familias que inclinan la balanza según su criterio. A veces obvian servicios médicos como acudir al dentista”, ha explicado Rosalina Alcalde.
Así, el 31% de las familias encuestadas cobra la renta garantizada y un 41% de sus ingresos provienen de prestaciones. Si la presencia de menores incrementa el riesgo de ver en la exclusión social, esta situación se agrava más en los hogares monomarentales.
Más inseguridad residencial
Según los datos recogidos en el informe, el 46% de las familias considera que está en riesgo de perder su vivienda. Según el informe, el 10% de las familias ocupa una vivienda, un 8% alquila una habitación y un 6% vive en una vivienda social. El recrudecimiento de la situación debido a la pandemia ha afectado al 74% de las familias que han tenido problemas para hacer frente al pago regular de las viviendas. En los últimos 4 años, un 22% de las familias ha sufrido o está sufriendo un desahucio por impago del alquiler o la hipoteca. De estas, el 29% reconoce que han tenido que hacer un cambio de residencia por motivos económicos debido a la pandemia del Covid-19.
El 35% de los niños, con problemas emocionales
La pobreza puede generar secuelas importantes cuando ésta se produce en edades tempranas. Según muestra el informe, el 35% de los niños sufre problemas emocionales, el 23% afectaciones físicas y el 22% asegura que no tiene intimidad por causas como el hacinamiento. Esta realidad tiene consecuencias en su desarrollo emocional y físico, y es la causa de enfermedades como el estrés y la ansiedad. “Los niños que viven en casa con malas condiciones no llevan a sus amigos. Los angustia y les avergüenza”, ha indicado Rosalina Alcalde. “El estigma de la pobresa está muy presente en los niños. No quieren que les llamen pobres en el colegio, donde también pueden sufrir acoso escolar por parte de los compañeros.”
Estas condiciones también dan lugar a patologías respiratorias porque la familia no puede mantener una temperatura adecuada en la vivienda. El informe muestra que el 68% de estas familias sufre pobreza energética.
Además, las situaciones extremas a las que se ven sometidos estos niños y niñas también tienen consecuencias en su rendimiento escolar y en las relaciones sociales con sus compañeros y compañeras de clase, así como en sus amistades y los vínculos que se establecen con el entorno.
Medidas para proteger a los menores
Desde la Fundación Pere Tarrés también se han querido poner sobre la mesa una serie de recomendaciones para poder hacer frente a una problemática social que todavía se ha agravado más con la crisis del Covid-19. El director de la Red de Centros Socioeducativos y del Área de Formación y Consultoría y Estudios de la Fundación Pere Tarrés, Rafael Ruiz de Gauna, ha compartido un decálogo de propuestas que incluyen la regulación de los precios de la vivienda para conseguir un abaratamiento los precios; contar con más prestaciones por el pago de la vivienda para los hogares con niños; potenciar el derecho a la vivienda digna; la atención a la salud mental de los niños y las niñas, así como la mejora de los protocolos para la detección y atención a los abusos infantiles. “Necesitamos políticas que regulen el precio de la vivienda y que el derecho a un hogar digno sea una realidad. Tenemos que promover espacios fuera de las casas para que los niños puedan vivir, jugar y estudiar con tranquilidad”, ha reflexionado Ruiz de Gauna.
Ruiz de Gauna también ha recordado la importancia de promover espacios fuera de la vivienda por el juego y el estudio, así como la participación en actividades de ocio en los períodos de vacaciones. “Estos niños viven situaciones muy complicadas en casa y necesitan salir de ahí. Las actividades de ocio educativo también les ayudan y son generadoras de oportunidades”, ha explicado. Por otra parte, Ruiz de Gauna ha remarcado la necesidad de establecer protocolos para acompañar a las familias durante los procesos de desahucio, así como crear circuitos de apoyo dentro de las escuelas y centros socioeducativos para las familias que están a punto de ser desahuciadas o que ya han perdido su vivienda.
Una problemática colectiva
La jornada también ha contado con el apoyo de Mª Assumpció Vilà, Síndica de Greuges de Barcelona, que ha remarcado que “tenemos que continuar sumando esfuerzos con las administraciones para que todos los niños y niñas tengan acceso a las redes de apoyo y que esta situación no afecte ni a su desarrollo educativo ni emocional.”
La reunión también ha incluido una mesa redonda, donde se han podido conocer de primera mano estas situaciones con el testimonio de responsables, educadores y familias de centros socioeducativos.
La directora de la Fundación Mans a les Mans, Neus Cerdà, ha hecho un llamamiento para remediar la situación. "Estos niños son ciudadanos también y estamos vulnerando sus derechos. Se pueden hacer cuidados paliativos, pero debemos actuar ahora que es cuando está pasando todo esto ", reclamó Cerdà. Por su parte, Estrella Ambrojo, presidenta de la PAH-Ciudad del Hospitalet, ha compartido algunas de las situaciones que tienen que vivir estas familias. "Los niños tienen que dejar atrás sus pertenencias o una mascota, cuando cambian de vivienda. Son situaciones muy duras que los marcan", comentó Ambrojo.
La mesa redonda también ha contado con la participación de Sergi Masferrer, trabajador social del centro socioeducativo de la Fundación Pere Tarrés en el barrio de Poblenou, en Barcelona, que ha explicado como "los niños no tienen espacio ni para hacer los deberes tienen que estudiar sobre la cama porque en su hogar conviven muchas personas.”
El Observatorio Pere Tarrés de Promoción de la Infancia
El informe de la Fundación Pere Tarrés, que ha denunciado la situación alarmante de las políticas de bienestar y de protección de la infancia tanto en España como en Cataluña, es el primero de una nueva línea de estudios sobre la promoción social de la infancia en los ámbitos de la salud, la educación, la participación, el ocio y la cultura.
Una de las misiones principales de la Fundación Pere Tarrés es la protección y defensa de los derechos sociales y del bienestar de la infancia. Con esta voluntad trabaja intensamente tanto desde el ámbito de la acción social como desde el ámbito de los estudios sociales. En este sentido, ha creado el Observatorio Pere Tarrés de Promoción de la Infancia para estudiar las condiciones de vida de la infancia en Cataluña, así como identificar los factores de cambio y mejora de los entornos de los niños.